Leyendo las Escrituras con jóvenes inmigrantes

Dejen que los niños vengan a mí

Jean Carlos Arce Image Jean Carlos Arce | Aug 7, 2019

Foto by: Peter Hershey

El mudarse a un nuevo país o al otro lado de la ciudad está lleno de esperanza y temor, altos y bajos, emoción y ansiedad. Hay cosas nuevas por aprender y dolor por las cosas que dejarán de existir.

Sin embargo, no estamos solos en esta experiencia, ya que la migración humana es tan vieja como la Creación. ¿Se recuerdan de Adán y Eva cuando dejaron el jardín? ¿O Abraham? ¿Moisés y el pueblo de Israel? ¡Hasta Jesús mismo fue un refugiado! Aunque los factores varían, leemos a través de las Escrituras sobre el movimiento y el desplazamiento por causa de hambre, esclavitud, y en algunos casos, muerte.

Mi propia historia familiar ha sido marcada por la migración. Mi madre cubana dejó su tierra a los doce años cuando su familia buscó escapar el caos político y dificultades económicas. Mi padre puertorriqueño fue criado por sus abuelos luego que sus padres decidieran mudarse a Nueva York buscando resolver diferencias matrimoniales y proveer estabilidad financiera. El dolor y el trauma como resultado de estas mudanzas todavía corren por mis venas. Junto con el dolor y el trauma, también estuve expuesto a nuevas perspectivas y experiencias que me han permitido apreciar los dones que traen los lenguajes, culturas, comida, colores de piel y otras experiencias.

A tan solo doce años de edad, ya había vivido en cuatro países y aprendido tres idiomas, y mi madre y padre se aseguraban constantemente de recordarme, "Esta experiencia es un privilegio." A pesar de todos los viajes, me sentí lo más puertorriqueño posible cuando regresé a la isla. Sería talvez porque el ser puertorriqueño significa por naturaleza que estás cómodo sin pertenecer en ningún lugar, adoptando así una identidad puertorriqueña. Somos ciudadanos estadounidenses que hablamos español sin representación en el Congreso a quienes se les niega auto-determinación. Nos encontramos atrapados entre nuestra latinidad (características étnicas y culturales compartidas por personas latinoamericanas) y los derechos otorgados por nuestra ciudadanía estadounidense. Tenemos la libertad de mudarnos al norte, pero nuestros corazones siempre enraizados en el sur.

Aunque esta conversación contiene muchas complejidades y rinde muchas opiniones, podemos estar de acuerdo de que todo ser humano, sin importar su pais de origen, está hecho y hecha a imagen de Dios - y esto incluye a los inmigrantes entre nosotros y nosotras. Ya que somos de aquellos que confiesan una fe en un Cristo crucificado y resucitado, en aquel quien cruzó fronteras socioeconómicas, de género, geográficas y políticas, nuestras alianzas e identidad deben ser informadas y transformadas por las palabras y acciones de Jesús. Prácticamente hablando, hemos sido llamadas y llamados a incluir a todas las hijas e hijos de Dios.

Navegando las realidades inmigrantes en el ministerio juvenil

En los últimos dos años he tenido la preciosa bendición y el honor de aprender de las personas jóvenes en Los Angeles, en donde sirvo como pastor bi-vocacional de jóvenes. Los adolescentes en nuestra iglesia son inmigrantes de Latinoamérica ya sea de primera o segunda generación. Nuestras realidades inmigrantes interseccionan en ciertos puntos - nos hace falta la comida de nuestra abuela y los días donde no teníamos que vivir entre dos mundos- y divergir en otros, como por ejemplo, el estatus de ciudadanía. He dedicado un sin número de horas con estudiantes y sus familias procesando el trauma que ha causado la violencia, pobreza, abandono, cruce de fronteras, políticas gubernamentales y la falta de recursos educacionales.

Imagínate si no tuvieras memorias visuales de tu madre porque ella se mudó hacia el norte cuando eras un infante, huyendo de violencia doméstica con la esperanza de alcanzar suficiente estabilidad financiera para brindarte a ti y a tu hermano un mejor futuro. Luego, le sumas a todo eso la realidad de crecer en un vecindario donde las pandillas violentas están constantemente intentando reclutarte, persuadiéndote a golpes que te dejan en cama por varios días. Estas historias reales forman parte de las experiencias vividas de mis estudiantes.

Nunca se me va a olvidar la tristeza devastadora que me consumió cuando, en un salón lleno de extraños, le negaron el asilo a uno de mis estudiantes. Mi tarea era ser intérprete del estudiante. Después de un proceso legal largo y tendido, el dolor de mi estudiante no tenía valor para el oficial detrás de la ventanilla. Dos cosas me fueron claras para mí ese día: (1) los inmigrantes adolescentes están sujetos a una doble marginalización en nuestra sociedad- por ser jóvenes y extranjeros; y (2) como pastor necesitaba encontrar la manera de tener una conversación bíblica sobre la inmigración con las personas jóvenes. La inmigración no es solamente un asunto; es una realidad encarnada que traen a la iglesia, a la lectura de las Escrituras y a su expresión por medio de la alabanza.

Las investigaciones realizadas por el Fuller Youth Institute acerca de cómo las iglesias multiculturales están comprometiéndose con las personas jóvenes, resaltan las realidades y narrativas inmigrantes. Abrumadoramente las personas jóvenes habían sido afectadas personalmente por la migración o tenían parientes y amigos cercanos quienes les habían conectado a la conversación y a la experiencia. Es una conversación que las personas jóvenes ya están navegando, y una la cual desean que entablemos con ellas y ellos. Esta no es una conversación simple. Pero debemos empezar por algún lado para buscar una manera de ser fieles a las preguntas difíciles que están haciendo las personas jóvenes. Este ha sido mi proceso.

Empecemos con las Escrituras, leyendo desde nuestra localidad

Toda interpretación y aplicación de la Escritura es profundamente influenciada por nuestra localidad social y experiencia vivida. Mi exégesis bíblica es influenciada por mi formación como estudiante en un seminario evangélico y mi experiencia como un muchacho de una tercer-cultura viviendo en el exilio; pero quizás más importantemente, yo leo e interpreto la Palabra de Dios en cercanía y comunión compartida con aquellas y aquellos quienes son más afectados por las leyes migratorias ejecutadas por el gobierno de Estados Unidos. Por ello, yo interpreto mi Biblia considerando y escuchando las voces de mis hermanos y hermanas inmigrantes jóvenes en Cristo.

Entonces Jesús dijo: "Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos." (Mateo 19:14, DHH)

A través de la Biblia, podemos ver a Dios continuamente llamar a su pueblo a cuidar de los niños y niñas. Aveces, un pasaje nombra un grupo específico, como los huérfanos. En otras ocasiones habla más ampliamente de cómo debemos proteger y criar a los niños y niñas. En este pasaje en particular, el término "niños" va más allá de un grupo limitado a una edad. Se incluyen también a las personas jóvenes en el uso de "niños" para resaltar aquellos quienes tienen falta de estatus y por ello, son extremadamente vulnerables. [2] Jesús nos apunta a contemplar las maneras cómo las personas jóvenes son vulnerables a la explotación y marginalización. La invitación por parte de Jesús es para brindar a las personas vulnerables a tener acceso a él.

Cuando yo leo Mateo 19:13-15, escucho a Jesús decirle a nuestros adolescentes, "Vengan a mí, porque el reino les pertenece." Es doloroso observar a los adultos y las instituciones gubernamentales quienes rodean a los adolescentes, ser guiados por patrones de exclusión en vez de abrazar la inclusión extravagante que extiende el evangelio de Jesús.

Los discípulos vieron a las personas jóvenes y a sus tutores como una inconveniencia o amenaza a la misión de Jesús. Sin embargo, Cristo nuestro Señor asegura que son en realidad los indefensos y marginados quienes heredarán el reino. [3] Jesús conoce muy bien lo que significa mudarse a una tierra extraña bajo amenaza de muerte. [4] Jesús y todas las Escrituras nos llaman a una nueva visión del mundo donde percibimos a los niños, niñas e inmigrantes como ciudadanos del reino. Jesús nos llama a adoptar diferentes actitudes y prácticas hacia aquellas personas que nuestra sociedad busca cómo excluir. [5] Ojalá llegemos a ser el tipo de discípulos quienes toman en serio el mensaje de Jesús, esos que hablan con mansedumbre al darle la bienvenida a toda persona que anhela la bendición de Dios. Especialmente las personas jóvenes que son particularmente vulnerables a la explotación.

Tres maneras de leer la Biblia con jóvenes inmigrantes

Las complejidades que enfrentan los estudiantes pueden ser demasiado desalentadoras, los noticieros pueden carecer de esperanza, pero aun así hay cosas que podemos realizar como líderes, pastores y madres/padres para responder. Para empezar veamos lo siguiente:

1. Leer la Biblia sin inocencia

El teólogo Justo González declara, "La historia bíblica es una historia que va más allá de la inocencia. Sus únicos héroes verdaderos son el Dios de la historia y la historia misma, que de alguna manera continúan moviéndose hacia adelante a pesar del fracaso de sus grandes protagonistas." [6] Cuando yo leo y discuto la Biblia con jóvenes, yo no ignoro ni paso por alto las partes difíciles, aun cuando sería más fácil hacerlo. Si los adolescentes van a convertirse en discípulos de Cristo que van a poder expresar su fe de maneras que tengan sentido para sus vecinos/as, ellos y ellas deben poder nombrar y comprender las partes de la Biblia donde sus héroes se comportan más como villanos.

Enfrentarnos a las partes desagradables nos proteje de tener memoria selectiva, o peor, de justificar nuestro mal comportamiento. González afirma, "Recordar responsablemente... nos conlleva a actuar responsablemente." [7] Por ejemplo, leyendo Deuteronomio 10:19, donde se le instruye a Israel de cómo tratar a los extranjeros (ya que ellos y ellas fueron también extranjeros en Egipto), puede conducir a "norteamericanos blancos a recordar que ellos y ellas son inmigrantes y que la tierra no es propia. [Esto] puede conllevar a una actitud hacia los habitantes originales de la tierra, y hacia los inmigrantes más recientes, que el orden presente no puede soportar." [8]

La juventud debe lograr nombrar tanto sus faltas como lo quebrantado de la sociedad, si es que van a participar en la salvación de Dios, la cual, según González, no es "meramente 'espiritual'...sino también política y social." [9] Nuestro Dios es Señor sobre todo ámbito de la vida y nuestras escrituras nos brindan iluminación y dirección para discutir todo aspecto de la vida, incluyendo política y leyes migratorias.

2. Entrar en diálogo reflectivo y contar historias

Las personas jóvenes no carecen de voz, simplemente no se les escucha. Nuestros programas juveniles, estructuras eclesiásticas y políticas gubernamentales casi son dirigidos y dictados exclusivamente por adultos. Nosotros, las personas adultas, a menudo suponemos que sabemos lo que estos jóvenes necesitan. Significa que con estas actitudes y maneras de actuar tratamos a las personas jóvenes como objetos en vez de sujetos. [10] Esto perpetua su estatus como figuras marginadas en nuestra sociedad.

Si es que vamos a darle la bienvenida a las personas jóvenes inmigrantes de la misma manera que lo hizo Jesús, debemos fomentar procesos y estructuras que humanizan. Las personas jóvenes deben ser participantes- co-creadores - dentro de los problemas que buscamos resolver. [11] El teórico educacional Paulo Freire propone, de que los líderes deben realizar una conversión profunda que deje atrás nuestra "falta de confianza en la habilidad de las personas [jóvenes] de pensar, de querer y de conocer." [12] Si buscamos incluir plenamente a la juventud, debemos tener suficiente confianza en ella para permitirles convertirse en los autores de transformación con los cuales soñamos. Si no lo hacemos sería entonces colocar vino nuevo en odres viejos (Marcos 2:22). [13]

Como pastor de jóvenes, yo creo que la tarea más importante que tengo es capacitar a los jóvenes a entrar en un diálogo reflexivo. Esto significa proveerles a las personas jóvenes un espacio seguro para lograr reflexionar. El educador erudito Henry Giroux anota, "Las esferas educacionales no deben percibirse meramente como sitios de instrucción, sino deben percibirse como espacios donde se encuentran la cultura, poder y conocimiento, produciendo así identidades particulares, narrativas y prácticas sociales." [14] Es por esto que muchas de nuestras reuniones toman la forma de diálogo en vez de ser una descarga de información por parte del pastor "lleno de conocimiento". Leemos nuestras Biblias juntos, hacemos preguntas, compartimos lo que conocemos y hablamos sobre cómo esto informa nuestro presente - política, iglesia, decisiones personales. Las personas jóvenes deben de ser participantes en su propia formación, llevándolas así a identificarse como seguidores y seguidoras de Cristo, cuyas prácticas (maneras de ser y vivir) están enraizadas en la fe Cristiana. El diálogo reflexivo tiene siempre como meta moverse de la teoría/experiencia hacia la práctica/acción.

El diálogo reflexivo nos ha ayudado a todos a desmentir estereotipos y mitos que nos han impedido vernos según nos ve Dios- como hijos e hijas amadas de Dios. Juntos hablamos, aprendemos y practicamos cómo seguir los pasos de la inclusión escandalosa que Jesús modeló. Es un caminar largo y turbulento hacia la liberación.

3. Seguir escuchando; nunca dejemos de aprender

Esta conversación amerita un compromiso de escuchar y aprender de por vida. He sido formado e influenciado tremendamente por varios pastores, profesores y practicantes los cuales quiero compartir con ustedes. Estos son los libros, organizaciones y voces que hablan particularmente sobre la inmigración y su intersección con la iglesia. Si le interesa explorar estos temas con más profundidad, le invito a que le eche un vistazo a los recursos enumerados al final de esta pieza y escoja uno para empezar.

Todo y cada ser humano es una hija y un hijo de Dios. Mi oración y esperanza es que aquellos de nosotros y nosotras quienes profesamos una alianza con Cristo seamos conmovidos por la búsqueda inclusiva sin fin que Dios tiene hacia los hijos e hijas de Dios - incluyendo a los inmigrantes - en vez de ser movidos por nuestros miedos. Al leer las Escrituras, la juventud inmigrante de nuestra iglesia ha logrado empezar a ver cómo Dios se identifica con su dolor y sufrimiento, cómo los incluye y les ofrece liberación. Mi propia experiencia como pastor de jóvenes me ha enseñado que en Cristo, nuestras historias diferentes, idiomas y convicciones nos hacen más fuertes. Y en efecto, que juntos somos mejores.

Recursos para más crecimiento

Libros

Branson, Mark Lau, and Juan Francisco Martínez. Churches, Cultures & Leadership: A Practical Theology of Congregations and Ethnicities. Downers Grove, Illinois: IVP Academic, 2011.

Carroll R, M. Daniel. Christians at the Border: Immigration, the Church, and the Bible. Second Edition. ed. Grand Rapids: Brazos Press, 2013.

Carroll R, M. Daniel, Leopoldo A. Sánchez M, and Juan F. Martinez. Immigrant Neighbors among Us: Immigration Across Theological Traditions. Eugene: Wipf and Stock, 2015.

Chao Romero, Robert. “Migration as Grace.” In the International Journal of Urban Transformation: Addressing Global Urban Immigration The Grace Option. Skyforest, CA: Urban Loft Publishers, 2016.

De La Torre, Miguel A. Doing Christian Ethics from the Margins. 2nd Edition Revised and Expanded. ed. Maryknoll: Orbis Books, 2014.

De La Torre, Miguel A. 2007. “Living on the Borders.” Ecumenical Review: A Quarterly 2007:214.

Freire, Paulo. Pedagogy of the Oppressed. 30th anniversary ed. New York: Continuum, 2000.

González, Justo L. Mañana: Christian Theology from a Hispanic Perspective. Nashville: Abingdon Press, 1990.

Groody, Daniel G. 2009. “Crossing the Divide: Foundations of a Theology of Migration and Refugees.” Theological Studies 70 (3): 638–67

Laidlaw, Matthew J. How We Read the Bible: 8 Ways to Engage the Bible with Our Students. Pasadena: Fuller Youth Institute, 2018.

Rojas-Flores, L., Clements, M. L., Hwang Koo, J., & London, J. (2017). Trauma and psychological distress in Latino citizen children following parental detention and deportation. Psychological Trauma: Theory, Research, Practice, and Policy, 9(3), 352-361.

Sitios en la red

https://www.matthew25socal.org/resources
Guías pastorales y ayuda para sermones para aprender cómo dialogar sobre inmigración en su congregación y cómo usted puede ayudar.

https://www.nilc.org
Aquí puede encontrar la información más actualizada sobre leyes migratorias y cómo afectan a los inmigrantes.

https://worldrelief.org
World Relief capacita a la iglesia local para servir a los más vulnerables.

https://www.alexiasalvatierra.com
Alexia Salvatierra es una pastora evangélica con años de experiencia ayudando a las iglesias a dialogar sobre la inmigración.

Read in English


[1] Cambio de código (code-switching en inglés) es la práctica de alternar entre dos o más idiomas o variedades de idioma en conversación, aveces para adaptarse a diferentes normas socioculturales. (dictionary.com)

[2]“El término niños no dice mucho sobre la edad, ya que es empleado para niños/as en el seno materno (Gen. 25:22) como para jóvenes en edad de casarse (Tob. 7:10-11). Vea Warren Carter, Mateo y los Márgenes: Una lectura sociopolítica y religiosa (London: T & T Clark, 2004), 556.

[3]Ibid.

[4]Ver Mateo 2:13-15.

[5]Warren Carter, Matthew, 558

[6]Justo González, Mañana: Christian Theology from a Hispanic Perspective(Nashville: Abingdon Press, 1990),77.

[7]Ibid., 79.

[8]Ibid.

[9]Ibid., 83.

[10]Paulo Freire,Pedagogy of the Oppressed, 30th anniversary ed. (New York: Continuum, 2000), 47.

[11]Paulo Freire, Pedagogy of the Oppressed, 43

[12]Ibid., 60-61.

[13]Ibid.

[14]Henry Giroux, “Critical Pedagogy and the Responsibilities of the Public Intellectual,”America on the Edge(New York: Palgrave Macmillan, 2006), 4.


Jean Carlos Arce Cabrera nació en Puerto Rico de madre cubana y padre puertorriqueño. Obtuvo su licenciatura en finanzas de la Universidad de Puerto Rico y una Maestría en Divinidades del Seminario Teológico Fuller. Ha trabajado como ejecutivo bancario y plantador de iglesia, y actualmente es pastor de jóvenes en el área de Los Angeles.

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Jean Carlos Arce

Jean Carlos Arce Cabrera was born in Puerto Rico to a Cuban mother and Puerto Rican father. He holds a bachelor’s degree in finance from the University of Puerto Rico and an MDiv from Fuller Theological Seminary. He has served as a bank executive and church planter, and currently as a youth pastor in the Los Angeles area.


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